Querida Primera Dama,
Señoras y Señores:
Muchas gracias por vuestras amables palabras y por la tradicional hospitalidad de que siempre hacen gala el Gobierno y el pueblo de Guatemala, en cada ocasión que tengo el placer de visitar este bellísimo y sugerente país. La Corona, el Gobierno y el pueblo español se sienten siempre muy cerca de los esfuerzos, afanes y problemas del pueblo guatemalteco. En esta oportunidad, como ya tuve ocasión de comprobar en 1997, durante mi último viaje, veo con satisfacción que la labor de los voluntarios y cooperantes españoles en coordinación con las instituciones y organizaciones guatemaltecas, hace honor a la corriente de solidaridad y profundo afecto que siempre suscita en España la situación de Guatemala.
Superados ya los efectos más dolorosos del fenómeno Mitch, quiero decirles que sus objetivos son los nuestros y que los españoles siempre estarán dispuestos a colaborar para la consecución de un futuro más próspero y más digno de nuestro querido pueblo hermano de Guatemala.
Con la esperanza de que estos deseos se vean plenamente cumplidos, elevo mi copa para brindar, Señor Presidente, por su ventura personal, la de su familia y el bienestar y prosperidad de los pueblos de Guatemala y España.
Muchas gracias.