Al proyecto inicial ReCREA, se suma ahora el proyecto BIO-PLACE que durará desde 2025 a 2027. El objetivo de esta colaboración, iniciada en 2021, es impulsar la investigación de vanguardia en Biotecnología para la gestión sostenible de plásticos, así como atraer al sistema de investigación español a personal científico de excelencia.
Los plásticos forman parte de nuestro día a día, pero cada vez hay más evidencias científicas sobre los efectos nocivos que la acumulación de sus residuos tienen en el medio ambiente y en la salud humana. Por ello, para el año 2025 las Naciones Unidas ha decidido poner el foco del Día Mundial del Medio Ambiente (5 de junio) en la contaminación causada por plásticos.
En septiembre de 2021, daba comienzo el proyecto ReCREA (REvalorización de plásticos: Ceras bacterianas para producción de plásticos REciclables en Acinetobacter), una ayuda de atracción de talento investigador financiado a través de un acuerdo entre la Fundación Reina Sofía y el CSIC, que cuenta con la colaboración de la Fundación Primafrio. El objetivo de este proyecto es impulsar la investigación de vanguardia en Biotecnología para la gestión sostenible de plásticos, así como atraer al sistema de investigación español a personal científico de excelencia con una trayectoria destacada en las actividades científico-técnicas de la Plataforma Temática Interdisciplinar de Plásticos Sostenibles hacia una Economía Circular (PTI+ SusPlast). La misión de esta plataforma del CSIC, coordinada por la Prof. Mª Auxiliadora Prieto, es transformar la manera de diseñar, producir, usar y reciclar los plásticos para dirigirla hacia una economía circular.
El proyecto ReCREA, con una duración de tres años ampliables a cinco y liderado por la Dra. Isabel Pardo Mendoza en el Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas, tiene como objetivo principal convertir residuos de plásticos convencionales en nuevos productos de valor añadido, empleando para ello bacterias “domesticadas” en el laboratorio. En concreto, se busca producir ésteres de cera, compuestos que se utilizan ampliamente en varios sectores y que, además, sirven como precursores para la producción de bioplásticos más sostenibles con propiedades similares a las del polietileno, el plástico más producido a nivel mundial.
Durante este tiempo, la investigación llevada a cabo en el proyecto ReCREA ha permitido mejorar más de 10 veces la producción de ésteres de cera en la bacteria de suelo no patógena Acinetobacter baylyi. Para ello, se han empleado técnicas de ingeniería genética para manipular las rutas metabólicas necesarias para la acumulación de estos productos a partir de distintos compuestos derivados de residuos plásticos. También se ha conseguido demostrar la producción en esta bacteria de proteínas capaces de degradar PET, el plástico empleado en las botellas de bebidas. Por último, se han identificado rutas biosintéticas en Acinetobacter baylyi que permitirán producir directamente ácidos dicarboxílicos a partir de ésteres de cera, los cuales serán empleados para el desarrollo de los nuevos bioplásticos con un ciclo de vida cerrado (es decir, bio-basados, reciclables y biodegradables). De esta forma, se consigue la transformación de plásticos contaminantes en precursores de bioplásticos más respetuosos con el medio ambiente.
Es en este último avance en el que se centrarán los esfuerzos de investigación a realizar en los próximos dos años. Para ello, se va a incorporar en el equipo a una ingeniera de bioprocesos que impulsará el desarrollo de nuevos sistemas de producción más sostenibles con el nuevo proyecto BIO-PLACE que ahora se pone en marcha, y que durará de 2025 a 2027. Este proyecto complementará la investigación de ReCREA al optimizar la producción microbiana de ácidos dicarboxílicos en biorreactores de membrana, así como su recuperación y purificación, permitiendo mejorar la viabilidad económica de estos procesos. De este modo, la investigación llevada a cabo en los proyectos ReCREA y BIO-PLACE desarrollará nuevas tecnologías para transformar plásticos convencionales derivados del petróleo en bioplásticos sostenibles sintetizados mediante estrategias biotecnológicas de vanguardia, permitiendo avanzar hacia una economía circular de los plásticos.