Tras una valoración inicial de los niños, se apreció la necesidad de integrar a éstos en las escuelas existentes en la zona. Después de varias reuniones de sensibilización con los padres, los responsables de educación, los líderes comunitarios y religiosos, las autoridades locales y los directores de escuelas, se realizó un registro de los niños que no habían podido estudiar debido a la falta de medios, alcanzando el número de 200 niños.